miércoles, 22 de abril de 2015

ALMACEN DE MERCANCIAS DEL SANTANDER MEDITERRANEO


En la actualidad los almacenes de mercancías y sus correspondientes muelles se encuentran sin uso específico y muchos de ellos, si no han sido cedidos a terceros para otras actividades,  están en lamentable estado de abandono o,en bastantes casos, en situación cercana a la ruina. Esto es lo que habitualmente sucede cuando una instalación, un edificio, una máquina o cualquier objeto, dejan de tener aplicación para desarrollar las funciones para las que fueron creados, bien sea por obsolescencia o simplemente por haber desaparecido su función en la sociedad actual. Y aunque nos de mucha pena contemplar su estado poco podemos hacer por evitar su desaparición excepto darles un uso alternativo.

Almacén de mercancías abandonado en Castrillo de la Reina (Burgos)   Foto: Pablo Gadea Garzón ABUAF

Quien quiera ver fotos del estado de casi todos los almacenes en la linea Santander Mediterranio puede hacerlo en la Web de la Asociación Burgalesa de Amigos del Ferrocarril (ABUAF) donde existen excelentes fotos de todas y cada una de las estaciones de dicha linea.

Etiqueta RENFE para cajas o jaulas con aves
Y es que hubo un tiempo en el que el transporte de mercancías por ferrocarril era una actividad tan importante o más que el transporte de viajeros. Debe de pensarse que desde su inicio, allá por el primer tercio del siglo XIX, hasta bien entrado el siglo XX no existía ningún medio de transporte que pudiera competir, tanto en velocidad como en seguridad, con el ferrocarril. Entonces los caminos eran malos, las carreteras escasas y el medio de transporte era las carretas tiradas por mulas cuya velocidad no creo que sobrepasara los 10 Km/h.

Independientemente de las cargas completas en las que un tren es cargado con un solo producto, como por ejemplo los trenes mineros que tienen  un punto de partida y un destino único, existe la modalidad de carga fraccionada en la que se puede enviar un vagón completo o solamente algunos objetos sueltos.

En el primer caso el vagón era cargado en la estación de origen, transportado la estación de destino y apartado hasta que el consignatario hubiera retirado la totalidad de la carga.

En el segundo caso, el de transporte de objetos, el funcionamiento era similar al que actualmente realizan las agencias de transporte; se recibía la carga, se agrupaba en función de su destino, se transportaba, se descargaba y se almacenaba hasta su recogida. E incluso RENFE, en los años 80 tuvo un servicio que llamaban Paquete Exprés en el que combinaba el transporte ferroviario con el de carretera produciéndose la recogida de la carga y la entrega tanto en el propio domicilio como en la estación de tren.

Etiqueta RENFE para envíos de bultos o paquetes

En los almacenes de mercancías se depositaban tanto las mercancías que habían sido recibidas y que estaban a la espera de que el consignatario procediera a su retirada como las que debían de ser expedidas las cuales eran agrupadas por destino.

Las mercancías si eran pocas, eran descargadas desde el propio vagón al andén y transportadas desde éste hasta el almacén en una carretilla empujada por un mozo o peón.  En caso de recepción de un vagón completo se le apartaba en la vía que daba al costado del muelle y la descarga se hacía directamente del vagón al almacén. Para la expedición de las mercancías el proceso era el mismo pero a la inversa.

Todas estas operaciones eran supervisadas por el factor, o en su defecto el jefe de estación, el cual se encargaba de cotejar todas las partidas comprobando su estado (envío completo, roto, incompleto o extraviado) siendo auxiliado por varios peones y era de su responsabilidad la custodia de las mercancías mientras estaban en el almacén.

Los almacenes de mercancías se situaban en uno o varios muelles normalmente al mismo lado que el edificio de la estación. Eran unas simples naves con tejados a dos aguas. Sus muros eran de mampostería o de fábrica de ladrillo sin revocar y tenían cerchas construidas con perfiles metálicos o con vigas de madera, que soportaban una cubierta con grandes voladizos en los dos lados del edificio para así proteger la carga y descarga de mercancías de las inclemencias meteorológicas.

Almacén mercancías de Trespaderne (Burgos) reconvertido en centro de interpretación. Foto: Pablo Gadea Garzón ABUAF

Normalmente las puertas de los dos laterales eran correderas con su carril de soporte situado en la parte exterior del almacén para así aprovechar al máximo el espacio interior. Las puertas de acceso del personal se situaban en una o en las dos fachadas frontales. En algunos casos estas puertas eran de gran tamaño para que también pudieran acceder vehículos por ellas.

En los casos normales la vía férrea estaba en uno de los laterales y en el otro había una calle por el que accedían los carros o posteriormente los camiones para depositar o llevarse la mercancía. En las estaciones de transbordo en las que confluían líneas ferroviarias de distinto ancho se situaban vías a ambos lados del almacén.

Maqueta del almacén de mercancías de la linea Santander Mediterraneo.  Foto: PHM

El almacén que se presenta corresponde al standard de la línea del Santander Mediterráneo  en la que todos tenían, hasta donde yo conozco, exactamente de la misma forma y tamaño. El edificio tenía unas dimensiones, sin contar los voladizos de la cubierta, de 22,0 metros de longitud y 9,00 metros de ancho. En los lados de carga los voladizos se extendía unos 2,80 metros y en los frontales el tejado volaba 1,40 metros.

En cada lateral tiene tres puertas correderas de doble hoja con un paso libre de 2,50 metros de ancho por 3,15 metros de altura. En los frontales hay una puerta central de doble hoja, dos ventanas laterales y un óculo en el frontón.

Alzado y vistas del almacén del Santander Mediterraneo.   Dibujo:  PHM

El recortable está resuelto con tintas planas excepto para la cubierta en la que se ha utilizado una textura de teja alicantina. Su montaje es bastante sencillo y las puertas correderas pueden dejarse abiertas, cerradas o semicerradas al gusto de cada cual.

El recortable no incluye el muelle sobre el que se asienta el almacén el cual será publicado próximamente en otra entrada.

Se aconseja que los recortables sean realizados por personas mayores de 14 años, o por menores acompañados, por los riesgos que entrañan las tijeras, el cúter y el pegamento, así como por tener piezas de tamaño bastante pequeño que pueden ser tragadas fácilmente.

Y por último agradecería a quienes se descarguen el recortable que me hagan llegar fotos del mismo una vez montado.

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